El día 3 de octubre de 2024, Correos puso en circulación un sello dedicado a Elena Jordi.
Elena había nacido en 1882; se dio a conocer con una obra de Bataille en la que se desnudaba en el escenario. Ya había interpretado la Salomé, de Oscar Wilde, y varias obras de Santiago Rusiñol, en las que posiblemente su belleza y su juventud descollaba. Poco a poco, las críticas reconocieron también su talento, El éxito que obtuvo le animó a formar su propia compañía de vodevil en 1914.
Desde 1916 comenzó a trabajar con el cinematógrafo: era una novedad cara y aún minoritaria, pero en la que se adivinaba un futuro casi sin límites. Para ese nuevo formato Elena actuó, pero también se involucró en la dirección y la producción, y, al mismo tiempo que compraba un solar en vía Layetana, con la intención de construir su propio teatro, dirigía su primera y única película: Thais.
Se desconoce que ocurrió a partir de 1918. ¿Quizás la letal epidemia de gripe, que se llevó a su compañero, marcó un antes y un después en los gustos y costumbres de quienes acudían a los teatros? ¿Pudo darse un fracaso en la elección de la temática, o se adelantó Elena a su tiempo? Las incógnitas son muchas. Thais se estrenó, pero el proyecto del teatro nunca se llevó a cabo. Ella misma apenas intervino en lo sucesivo en obras o proyectos, y su nombre y su figura se esfumaron. Como en tantos otros casos, el interés por los rostros femeninos ausentes en la historia la rescató y colocó su nombre entre las pioneras del cine.
Con este motivo se ha confeccionado una bonita tarjeta máxima cancelada con el matasellos especial de primer día utilizado en Berga.